En los últimos seis años, el mundo ha utilizado una cantidad de materias primas equivalente a la consumida en todo el siglo XX. Un crecimiento exponencial que es, para los expertos, «insostenible por definición». En este contexto casi apocalíptico, ¿qué posibles soluciones nos ofrece la economía circular?
Uno de los conceptos que está (o debería estar) en auge los próximos años es el de minería urbana. El profesor José Luis Viesca, catedrático de Ingeniería Mecánica y director de la Cátedra Cogersa de Economía Circular de la Universidad de Oviedo, explica que la clave es recuperar materiales críticos, es decir, escasos e imprescindibles para determinadas industrias, a partir de residuos producidos principalmente en las ciudades. De objetos cotidianos como viejos teléfonos móviles, ordenadores, televisores o lavadoras estropeadas.
«La minería urbana es una herramienta clave de la Economía Circular que contribuye a garantizar la sostenibilidad y a minimizar la dependencia estratégica de Europa», señala Viesca. Sin duda, un yacimiento de riqueza aún por explotar y que está contenido, por ejemplo, en esos aparatos eléctricos y electrónicos que arrojamos a la basura.