Los hogares españoles aún tienen muchos deberes por hacer en cuanto a los residuos textiles. Mientras que algunos países europeos como Suecia, Letonia o Alemania generan menos de diez kilos por persona y año, nuestro país produce más del doble. Es una de las conclusiones del estudio Gestión de textiles usados y de desecho en la economía circular europea de la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA), que estima que, en el año 2020, la UE generó casi 7 millones de toneladas de desechos, es decir, una media de 16 kilos por persona y año.
¿Es mucho, es poco? Hay que poner las cifras en perspectiva. Porque la clave no está (sólo) en lo que se genera, sino también en lo que acaba en la basura común o lo que se lleva a contenedores de reciclaje. Y aquí tampoco salimos muy bien parados. De esos 20 kilos, 19 van al vertedero; tampoco los datos europeos son muy alentadores, pues en torno a 12 de los 16 kilos de media se mezclan con el resto de residuos.
También hay que matizar que no sólo los hogares son los responsables -aunque llevan el mayor peso-, pues un 18% de los textiles desechados provienen de la fabricación o de prendas no vendidas. Y como es sabido, la producción tiene a su vez un gran impacto medioambiental.
El informe de la AEMA (EEA por sus siglas en inglés) contiene también un análisis de más alcance sobre “factores que deben considerarse al implementar sistemas de recolección separada para fomentar la circularidad de los textiles sin aumentar inadvertidamente las exportaciones, la incineración o los vertederos”.
En más de la mitad de los estados miembros, dice la agencia, ya es obligatorio recolectar textiles por separado. Pero, insiste, “si no se aumentan las capacidades de clasificación y reciclaje en Europa, existe el riesgo de que cantidades significativas de residuos textiles recogidos sigan acabando en incineradoras o vertederos o se exporten a regiones fuera de la UE”.
Y concluye con otro mensaje: “La armonización de las definiciones y la presentación de informes obligatorios sobre las cantidades y la gestión de textiles usados y de desecho son necesarios para establecer objetivos futuros y monitorear el progreso del sector hacia la circularidad” en la UE.
Consulta el informe de la AEMA aquí.