Tras una jornada de prolongadas negociaciones la madrugada de este domingo se llegó finalmente a un acuerdo en la Conferencia de las Partes COP25 denominado «Chile-Madrid. Tiempo de Actuar».
El documento aprobado recoge el propio lema de la cumbre junto a la pretensión de aumentar la ambición climática en 2020 y cumplir el Acuerdo de París. El acuerdo establece que los países deberán presentar en 2020 unos compromisos más ambiciosos de reducción de emisiones para frenar el cambio climático.
La COP25 ha supuesto un avance a la hora de reafirmar la necesidad de impulsar la economía circular en el marco de la lucha contra el cambio climático. La aplicación de los principios de la economía circular a sectores clave puede suponer la reducción de los gases de efecto invernadero (GEI). Sin embargo, la mayoría de los gobiernos apenas consideran estas medidas de economía circular en las políticas destinadas a cumplir el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a menos de 1,5 ° C. Implantar este modelo supondría beneficios positivos como:
-Contribuir al logro de objetivos climáticos
-Estimular negocios innovadores
-Fomentar una economía más sostenible
La jornada organizada bajo el título ‘La economía circular ante la crisis climática: oportunidades y retos’, moderada por el periodista Pedro Pablo G. May, ha incidido en la importancia de que las empresas reorienten su actividad hacia los principios que definen el Plan de Acción para la Economía Circular de la Comisión Europea y ha resaltado el compromiso de algunas compañías españolas.
Los casos de éxito empresarial que dejan atrás la economía lineal a favor del modelo circular ejemplifican no sólo la viabilidad de esta nueva forma de producción, sino su rentabilidad para las compañías. Por último, estas jornadas han sido claves para demostrar soluciones de la industria para hacer frente al cambio climático y mostrar ejemplos de enfoques para la economía circular adoptados a nivel de empresa.