En estas últimas semanas se difunden por la red instantáneas nunca vistas de las calles del mundo completamente vacías como medida para enfrentar la pandemia que nos asola. Sin embargo, la población todavía necesita abastecerse de comida y enseres básicos. En detrimento, hemos visto en telediarios imágenes de personas realizando compras excesivas y sin ningún tipo de cuidado en las tiendas.
Las tiendas siguen abiertas, en base a lo que dicta el Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, para poder garantizar el suministro de alimentos a la población. No obstante, ¿conoces cómo comprar sin poner en riesgo de contacto al resto de consumidores, personal y a ti mismo?
Ante todo, y aunque sabemos que es difícil, debes mantener una alimentación saludable y limitar la cantidad de productos procesados en tu cesta de la compra. En la actualidad, se puede convertir en un punto difícil de conseguir pues debemos limitar al mínimo las salidas al supermercado y, por tanto, almacenar y cocinar hortalizas frescas es complicado mientras dure el aislamiento. Sin embargo, dentro de nuestro margen de actuación, es importante asegurarse de que nuestra dieta incluya una cantidad suficiente de frutas y verduras diarias. ¡Recuerda que la fruta y la verdura también pueden congelarse!
Según el estudio del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EEUU, el coronavirus permanecería tres horas suspendido en el aire, cuatro en el cobre de las monedas, un día entero en el cartón y de dos a tres días en el plástico o en el acero inoxidable de un grifo. Es entonces completamente razonable pensar los carritos y asas de las cestas de supermercados son un gran foco de contagio ya que al ser de plástico o acero, el virus puede permanecer hasta tres días en su superficie y, entre uso y uso, no se desinfectan. Por ello, queremos incidir en que la mejor opción es que utilicemos nuestra propia bolsa. En caso de olvido o de que la compra sea muy grande, es fundamental el uso de guantes. En la mayor parte de los supermercados facilitan en la entrada guantes de un solo uso pero no en todos, por tanto aconsejamos que llevéis guantes o pañuelos propios.
Para poder hacer la compra en el menor tiempo posible, lo mejor es hacer una planificación semanal de comidas para saber con anterioridad qué productos necesitamos comprar. De esta manera compraremos exclusivamente lo necesario y además de tiempo nos ahorraremos dinero. Como truco adicional os podemos decir que para ahorrar todavía más tiempo y evitar agobios lo mejor es ir, si nos permite nuestro horario laboral, en las horas en las que hay menos gente y saltarse las colas (generalmente los mejores momentos son a primera hora de la mañana o después de comer).
No es necesario ponernos guantes pero con ellos o sin ellos no debemos tocarnos la cara sin habernos lavado las manos previamente. Y hay que cambiarse los guantes si con ellos tocas dinero (evita el uso de dinero en efectivo) o superficies. La mayor parte de comercios permiten el pago con tarjeta aún siendo para pequeñas cantidades y las compañías bancarias han subido el límite de dinero estipulado para tener que insertar el código de la tarjeta.
Por último, nada más llegar a casa debemos lavarnos las manos, sacar la compra, recoger las bolsas y, después, volver a lavarnos las manos y las superficies que hayamos podido tocar.
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria no tiene evidencias de que los alimentos en sí mismos sean una vía de transmisión del coronavirus. Otra cosa diferente sería la contaminación del envase pero el riesgo se reduce al mínimo al cocinar los alimentos.
Esperamos que todos estos consejos os sirvan para poder realizar las compras con mayor confianza y damos las gracias al personal del sector pues gracias a ellos no hemos caído en el desabastecimiento. ¡Ánimo!